Voy al bar #77: Último Bar Abierto del año

“Voy al bar” es el boletín quincenal de Bar de viejes sobre todo eso que son los bares de viejes: conversa popular, hambre, historia, literatura, amor, política, amistad y más.

“Voy al bar” es el mantra que heredamos de generación en generación para nombrar un ritual cotidiano. Cada unx repite ese mantra con un significado particular –cada quien tiene su bar– pero participa de un sentido universal: el bar que es ese hogar fuera del hogar. Una especie de tiempo compartido más cotidiano, barato y anárquico.

Bienvenidx al bar.

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Hola,

¿cómo estás?

Mañana sábado 27 de septiembre será la última edición del año de Bar Abierto en Villa Malcolm que arranca como siempre temprano con caminata guiada por @paisajeante a las 17hs en Honduras y Bonpland y no se suspende por lluvia, para terminar a las 19hs en el Club Villa Malcolm, Av. Córdoba 5064, Villa Crespo.
Esta vez tenemos encuentro con la Revista Crisis, una iniciativa editorial colectiva nacida en 2010, que se despliega en un sitio web, podcasts, newsletters y el corazón del proyecto: una publicación impresa bimestral. Vamos a conversar con Nicolás Perrupato y Ezequiel García por la Revista Crisis y con Noelia Luque por el Mapa de la Policía, una herramienta ciudadana que propone construir una red de cuidados contra la violencia policial, vital para las reconstrucciones de los hechos, como el disparo que recibió en la cabeza el fotógrafo Pablo Grillo en marzo pasado.
Luego, hay tango en vivo: toca la "Orquesta Macoco", un proyecto musical liderado por el cantor Sergio Veloso que rinde homenaje a la obra de Raúl Berón, contando con integrantes como Víctor Nocelli en piano y dirección.
Como ya es costumbre, el bartender Fede Cuco estará a cargo de la barra, con 2x1 en cócteles a base de ginebra y gin Llave, y soda de Ivess-Jumillano. Minutas y copetín a precios populares. Recorda que es sin reserva previa y con entrada libre y solidaria: trae un alimento no perecedero para Proyecto Boedo, una olla popular que ayuda a familias del barrio de Boedo.

Insisto con que es el último Bar Abierto programado del año, uno muy esperado en conjunto con Revista Crisis, proyecto amigo e indispensable en estos tiempos, y que no habrá problemas de espacio porque el Malcolm es enorme y tiene muchas mesas y sillas para recibir a todxs. Así que vení con amigues, familia, hijxs, quienes quieras, porque hay un salón enorme que te espera.

Además, si querés apoyar este proyecto, podés comprar stickers y afiches en serigrafía en la tienda online de Bar de viejes, que estarán también mañana en Malcolm.

Hace poco se hizo viral este posteo sobre la importancia que tienen los clubes de barrio en la construcción cultural argentina en cifras: 12.000 clubes en los que participan 5 millones de personas, es decir, casi el 10% de la población del país. “El 56% de las personas que hace actividad física, está o estuvo asociada a un club. En España, el 13%”. Bueno tenerlo en mente.

El Club Social y Deportivo Villa Malcolm fue fundado el 6 de septiembre de 1928 por un grupo de jugadores de entre 14 y 20 años para participar de la liga amateur de fútbol: uno de Primera División y otro de Cuarta División. Se llama Malcolm en honor a Jhon Malcolm, un escocés que era dueño de la villa que abarcaba los terrenos entre Juan B. Justo, Canning (hoy Scalabrini Ortiz), Córdoba y Aguirre, y que les otorgó la vestimenta (camisetas, pantalones y botines). Ricardo Corralo, uno de los socios fundadores, era hincha de Chacarita y le puso los mismos colores al club en horizontal. La primera sede de Villa Malcolm era en un depósito en la esquina de Thames y Jufre. También alquilaron una cancha ubicada detrás de una casa en Serrano 1248, donde jugaban al fútbol y comenzaron a realizar bailes para acercar a los vecinos del barrio.
El Malcolm ganó popularidad durante las décadas de 1940 y 1950 por los bailes y el tango, de hecho, muchxs lo conocen como el “Club de los Novios” porque muchos noviazgos empezaron ahí. En los 50 compraron la que sería la actual sede en Córdoba al 5064 y luego la de al lado. El actual edificio se inauguró en 1956 y lo celebraron invitando a cantar a Alberto Castillo, quien tuvo que salir a cantar a la calle por la cantidad de gente que había afuera. Durante los años 60, Villa Malcolm participaba de los “8 grandes bailes 8” que eran los bailes de carnaval de los distintos clubes.
Actualmente en el club se practica futsal masculino y femenino, baby fútbol, patinaje artístico, acrobacia en tela, gimnasia artística y cuatro artes marciales (taekwondo, karate, jiu jitsu y aikido), yoga y zumba. La actividad social más importante sigue siendo el tango a través de las milongas y las clases.

Pero si vamos a hablar de la historia viva del Malcolm, Roberto Daniel Castro, el “Pablo Vicó de Avenida Córdoba”, es el personaje. (Pablo Vicó fue director técnico del Club Brown de Adrogué y vivió muchos años en el estadio.) Roberto es el alma mater del Malcolm, hoy jubilado con más de 60 años de conexión con el Club. Roberto arranca jugando fútbol a los 11 años, luego dirige las infantiles y juveniles del Malcolm durante 30 años, y hace tiempo vive dentro del club y hace diferentes tareas como atender el buffet y colaborar en los eventos culturales. Pero lo que hace Roberto, sobre todo, es saludar a todas las personas que están en el Club. No hay chicx, madre, padre o profesorx que no lo conozca.
Creció en Thames y Gorriti, a pocas cuadras del club, en los años 60 en un Palermo donde el 90% eran calles empedradas. Todo sucedía en la calle, sobre todo el fútbol. Su vínculo con el Malcolm arranca con Eduardo Anzarda quien entonces jugaba en el Club Estrella Maldonado, en Juan B. Justo y Honduras, y era conocido en River Plate. Hicieron un torneo cuadrangular en Estrella con River y ganaron. Roberto la rompió jugando ese día, tenía 11 años. Lo habían visto jugar dirigentes de Chacarita y de River, y cómo era de Boca eligió a Chacarita. Cuando le contó a la madre le dijo que se cambiara a River porque era más cerca el bondi, y así fue como jugó 8 años en las inferiores -compartió plantel con Mostaza Merlo- hasta que un técnico nuevo sin verlo jugar le dijo que tenía el pase en blanco. Roberto para ese entonces entrenaba 3 veces por semana, era titular y capitán del equipo. Tenía 19 años y la desilusión fue total.

Desde ese momento su carrera como futbolista fue intermitente y casi fortuita. Un día se encuentra con Osvaldo Diez, el director técnico anterior de River que lo ponía de titular, y lo lleva a fichar para la tercera de Atlanta. Estuvo un año jugando y cuando le van a hacer el contrato le toca la colimba en Comodoro Rivadavia. En el 74 un amigo lo invita a ir con él a Santiago del Estero porque lo habían fichado en Central Córdoba. El técnico le propone entrenar 15 días con ellos y lo terminan fichando también. Estuvo 2 años jugando en Central.

Mientras jugaba en River, Roberto también jugaba en el equipo de baby fútbol del Malcolm. En los 70 la familia de Roberto se muda a Villa del Parque, pero recuerda que iba los sábados a la noche al Malcolm a bailar La Nueva Ola: presenció a Palito Ortega, Violeta Rivas y a los del Club de Clan. En el 78 tenían un equipo que se llamaba Los mareados en honor al tango.

Dirigió las infantiles desde el año 1987 al 2018 en Villa Malcolm. Al principio con 10 chicos y llegó a tener casi 180, lo que más le gustaba dirigir eran los chicos de 5/6 años.

En el 83 se casa con Teresa que ya tenía 2 hijos, tienen juntos a Sol, y empieza a trabajar en Metrovias en el área de limpieza y después en la línea D de boletero en las estaciones Salguero y Pacifico. En el 93 durante el menemismo con la flexibilización laboral y un salario devaluado, le ofrecen el retiro voluntario (cualquier parecido con la realidad no es pura coincidencia), se va y empieza a manejar un taxi alquilado. Se separa y duerme una semana en el taxi. Después vive en lo de un amigo 2 o 3 años en un cuarto de una panadería. En agradecimiento le hacía gratis el reparto de la panadería con el taxi. En el 2001, plena crisis económica, se viene al Malcom a vivir a una pieza.

Hoy su rutina arranca a las 8:30 am que baja a fichar, recibe a los proveedores y a los chicos del colegio. Los miércoles que no hay actividad a la noche se hace cargo del buffet, su especialidad son los bifecitos y las empanadas de caprese.
Roberto admira la historia de vida de Facundo Cabral -la cual yo ignoraba completamente- por su humildad y talento. Me cuenta que Facundo a los 9 años viajó a pedirle trabajo a Perón y me cita una frase de él: “La persona que trabaja en lo que no le gusta por más que lo haga 24hs es un desocupado.”
Antes de irme, Daniel Ramos, vicepresidente del Club, se acerca y le dice que me muestre el cigarrillo que tiene. Roberto va hasta la Secretaría y vuelve con un cigarrillo de papel. Me cuenta que dejó de fumar en el 2019 -fumaba desde los 28- por una promesa que le hizo a su nieto que tuvo cáncer de médula y para no despuntar el vicio, se fabricó un cigarrillo de mentira. Ya varias personas le pidieron que les armara uno igual para copiar su fórmula de éxito.